Se conocieron detalles del drama de la escuela primaria Sandy Hook, donde Adam Lanza consumó el asesinato de 20 niños y seis adultos. Alguien activó el altavoz de la oficina del director en pleno tiroteo y alertó al resto, que así pudo ponerse a cubierto.
Nadie sabe por qué Adam Lanza de 20 años de edad, mató a su madre Nancy y por qué llevó sus armas hasta la escuela y asesinó a 26 personas más.
Pero el viernes condujo el automóvil de la fallecida por las calles de Newtown, un pueblo de 300 años con sus estilizadas iglesias antiguas y frondosos árboles y llegó a una escuela donde reinaba el júbilo antes de las fiestas navideñas. De alguna manera, logró burlar una puerta de seguridad hasta el lugar donde los niños deberían haber estado libres de peligro.
Theodore Varga y otros maestros del cuarto grado realizaban una reunión: aún quedaba el brillo del concierto ofrecido por los alumnos del salón en la víspera. “Un día agradable”, comentó Varga. “Todos estábamos contentos. Ya terminábamos la semana con un buen ánimo”, agregó. Y entonces, intempestivamente y como una pesadilla, comenzaron los disparos. “No recuerdo cuántos fueron”, destacó.
Alguien encendió los altoparlantes y todos comenzaron a oír lo que sucedía en la oficina.
“Uno podía escuchar el terror que estaba ocurriendo”, dijo Varga. “Quienquiera que haya sido salvó a mucha gente. Todos en la escuelas escuchaban el drama que se estaba produciendo”.
La terapeuta Diane Day estaba reunida en una oficina a las 9:30 de la mañana con el director Dawn Hochsprung, junto con un psicólogo de la escuela y otros miembros del plantel y un padre de familia sobre el caso de un niño de segundo grado.
“No habían pasado cinco minutos cuando escuchamos ¡Pop! ¡Pop! ¡Pop!”, relató Day al diario The Wall Street Journal. “Yo me escondí debajo de la mesa”, dijo.
Pero Hochsprung y el psicólogo se levantaron de sus asientos y salieron del salón para ver qué pasaba, recordó Day. Hochsprung murió y se estima que el psicólogo también.
Un guardián corría por todos los sitios avisando que alguien estaba armado, dijo Varga.
“Les dijo, muchachos agáchense, ocúltense”, contó Varga. “Un verdadero héroe”, dijo el profesor, pero no sabía si el custodio sobrevivió. La policía recibió la primera llamada a las 9:36 de la mañana, informó el diario New York Post.
La voz de la operadora de la policía quedó grabada y fue reproducida luego en internet.“Al parecer el tiroteo ha terminado”, agregó la operadora a las 9:38 de la mañana según Post. “Hay silencio en el lugar. La escuela está segura”.
Pero a las 9:46, una voz angustiada llamó desde la escuela: “¡Hay cadáveres aquí. Necesitamos ambulancias!”.
La policía pidió a los alumnos cerrar los ojos cuando salieran del edificio. Los menores asisten en la escuela desde el jardín de niños al cuarto grado.
Los niños, algunos llorando y asustados, hacían filas; unos sujetaban con la mano el hombro del compañero que iba adelante mientras eran retirados con la protección de policías por un estacionamiento. Los padres llegaron en estado de pánico.
El gobernador Dannel P. Malloy y otros funcionarios públicos llegaron después hasta el centro de bomberos. También llegó Monseñor Robert Weiss de la iglesia Santa Rosa de Lima, de Newtown. Observó cuando algunos de los padres se enteraron que no volverían a ver a sus hijos vivos, nunca más. Recordó la reacción del hermano de una de las víctimas. “Le dijo al niño que su hermana había muerto”, dijo Weiss.
“El niño respondió: no voy a tener con quien jugar”.